martes, 25 de mayo de 2010

“Daniel Moyano: el arte de la ficción frente a la historia”.

La docente e investigadora española, Virginia Gil Amate disertó el pasado jueves sobre la obra del escritor Daniel Moyano.

Ustedes pueden sentirse muy orgullosos por andar por las calles de La Rioja, porque una buena parte de los mejores relatos de Daniel Moyano se escribieron aquí”, afirmó la disertante al público presente.

Según la especialista, los cuentos de este escritor son “absolutamente principales en la narrativa hispanoamericana del siglo 20” y comentó que en Europa numerosos estudiosos se han dedicado a investigar y homenajear sus obras.


La conferencia, titulada “El arte de la ficción frente a la historia” fue organizada por la Biblioteca Popular “Mariano Moreno”, en el marco del ciclo “Bicentenario” y contó con la adhesión del Instituto Superior de Formación Docente “Albino Sánchez Barros.

Previo a la disertación, la presidenta de la Biblioteca, Marcela Mercado Luna dijo que la de la catedrática ibérica había llegado “desde lejos, pero para hablarnos de algo muy cercano a nosotros: la obra del entrañable Daniel Moyano”. Para Mercado Luna, Moyano fue “un escritor, un músico, un hombre que quiso ser riojano por elección, pero que terminó su carrera y su vida en el exilio”.

La disertante fue presentada por la profesora Isabel Mércol, docente de la asignatura “Literatura Argentina” del Profesorado en Lengua y Literatura del Instituto “Sánchez Barros”. Mércol eligió un fragmento de la tesis doctoral de Gil Amate para reflejar la visión de la investigadora respecto del artista exiliado en 1976: “La obra de Moyano camina entre el desencanto y la utopía. Resume amargura y desilusión, pero nunca desesperanza”.
Durante su exposición, la investigadora realizó un profundo y pormenorizado análisis de la obra literaria de Moyano, tomando como ejes a los personajes, las estructuras narrativas y la relación semántica de cada cuento y novela con el contexto histórico y cultural en el que fueron creados o que los inspiraron. Para la docente, la literatura de Moyano “era compañera de la experiencia” y refiere a “los asuntos de la propia vida” del escritor. La investigadora descifró la obra de Moyano dividiéndola en diferentes etapas temporales e identificó categorías y recursos expresivos presentes en cada obra.
La rigurosa investigación detectó el sobrevuelo de recurrentes planteos sobre la búsqueda de la identidad, el origen, la exclusión cultural y el desarraigo, en una primera etapa, y sobre la violencia política, en la segunda.

Moyano vivió durante 17 años en nuestra ciudad pero aún no tiene el reconocimiento que merece uno de los escritores más respetados de la literatura hispanoamericana contemporánea. En una entrevista, comentada por la investigadora, el mismo Moyano admitió que escribía para encontrar una explicación a su existencia en este país “complicado y lleno de violencia” en el que le había tocado vivir. Luego, tras el inicio de la Dictadura Militar de 1976, el exilio a España “agudizó la percepción (de Moyano) de un mundo desviado”, agregó la expositora.
No obstante, aclaró que el escritor “no fue un nihilista que condena a sus lectores a la idea de un escepticismo total frente a lo que merece la pena creer”, sino que, a través de sus obras, muestra “el choque entre nuestro contorno y lo que los seres humanos hacemos con ese mundo”.

La expositora
Virginia Gil Amatte es doctora en Filología Hispánica, se especializó en literatura hispanoamericana y es considerada una especialista en la obra de Moyano. Precisamente, su libro: Daniel Moyano: la búsqueda de una explicación es la tesis con la que obtuvo el título de Doctora.

Fuente: El Diario de la Rioja

http://eldiariodelarioja.com.ar.webfst.alsolnet.com/noticia.asp?id=55220

miércoles, 19 de mayo de 2010

Disertación de Beatriz Landeira

La autora del trabajo de investigación La Cuadrícula en el desarrollo de la Ciudad de La Rioja 1591-1992, realizó un análisis del desarrollo urbano en general y particularmente en La Rioja. Dijo que en la mayoría de las obras públicas los ciudadanos no saben lo que se está haciendo y que no está bien cercar una construcción con media sombra, chapa o madera. Dio a conocer su posición sobre el edificio de la Escuela Normal y criticó la falta de concursos en los proyectos oficiales.

“La ciudad no es solo tema de arquitectos y urbanistas, sino de todos. A la ciudad a veces la padecemos, a veces nos reconforta y evidentemente es un tema que no puede escapar al ciudadano común”, comenzó diciendo la arquitecta Beatriz Landeira, encargada de cerrar la primera etapa del Ciclo Bicentenario que organizó la Biblioteca Mariano Moreno, el jueves 13 de mayo con la conferencia “Las ciudades en el bicentenario” y que fue auspiciada por el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Provincia.

Además de abordar diversas generalidades, Landeira -quien se dedica de lleno al desarrollo urbano desde 1977, trabajó en diversos proyectos urbanísticos locales y dirigió el Museo de la Ciudad- realizó diversas observaciones sobre la ciudad en la actualidad. “Generalmente tenemos el problema de creer que las ciudades las hacen los gobiernos y protestamos si hacen o no ciertas cosas. Yo considero que la ciudad es el permanente diálogo entre las autoridades o los gobiernos que realizan obras y los habitantes de esa ciudad”, expresó.
La arquitecta comenzó haciendo una generalidad sobre las ciudades. Dijo que “
la ciudad es un museo viviente, donde realmente se ve la vida de una sociedad a lo largo de su historia. La ciudad es un hecho histórico, es un hecho vivo, donde cada espacio, cada edificio se que se construye está demostrando cómo eran los gobiernos y los habitantes de un determinado lugar”.
En una ciudad se lee su historia a través de los edificios y de los espacios públicos y privados. “Podemos estudiar la historia de un pueblo simplemente analizándola”, señaló la arquitecta. Explicó que “el urbanismo es una disciplina, no llega a ser una ciencia, no es un arte, pero tiene algo de arte, algo de técnica. El urbanismo existió desde los tiempos más remotos. Los gobernantes desde siempre intentaron establecer normas y pautas para mejorar la vida urbana”, agregó.
Landeira explicó que la ciudad ha sido en muchos casos motivo de poder y en este sentido se remontó a Grecia, con las características especiales de sus ciudades y a Atenas como la cuna de la democracia que a través de su traza se establecieron una serie de elementos para la vida y que aún hoy los urbanistas tratan de rescatar. “Los urbanistas que plantean la ciudad como centro de la democracia y del diálogo no pueden dejar de recurrir a la vieja ciudad”, señaló.
Desde muchos años antes ha habido intentos de planificación de ciudades, incluso en el tres mil antes de cristo. Hipodamo de Mileto es el primer urbanista que plantea la ciudad de tipo cuadricular, aunque no es el mismo que van a usar los españoles. Mileto plantea un sistema octogonal donde se establecen las distintas categorías, basadas en las clases sociales, el uso del agua, etc. En este sentido, Landeira mencionó también a Roma, Egipto y la vieja Babilonia como antecedentes históricos sobre urbanismo y esta idea o intención de planificar las ciudades.
Además, para explicar el desarrollo y los cambios que fueron experimentando las ciudades, Landeira describió las diferentes etapas históricas que atravesó el urbanismo desde la antigüedad, la Revolución Industrial con la intervención de una gran cantidad de ingenieros, arquitectos, sanitaristas, la Modernidad que es la respuesta bastante tiempo después a las problemáticas que van a ir surgiendo y la Posmodernidad con lo que prácticamente estamos conviviendo. Aquí la arquitecta mencionó al antropólogo francés Marc Ollé que habla ya de la
Sobre modernidad y señala que estamos sobrepasando la posmodernidad.
Parte de estos cambios profundos estuvieron vinculados al desarrollo de la tecnología, el éxodo del campo a la ciudad y el surgimiento de nuevas clases sociales, entre otros hechos que fueron configurando las ciudades hasta la actualidad. Landeira explicó que no hubo planificación en este sentido y comenzaron a surgir más dificultades como diversas enfermedades y pestes. “Las ciudades no dan a basto para albergar a tanta gente que emigra de la ciudad al campo, sobre todo en Europa”, agregó.
“Es muy difícil al hablar de ciudad hablar de un esquema. Una ciudad es anti esquema, no la podemos esquematizar ni asimilar a nada en particular”, señaló Landeira. Aunque si aclaró que “evidentemente la ciudad es el resultado de la política, de la economía. Es el resultado de una especie de diálogo entre las necesidades de un pueblo, las posibilidades, la tecnología y la política. De todo ese cúmulo de elementos surgen los edificios públicos, las calles, las plazas, las viviendas, etc”. También aclaró que para trabajar en urbanismo hay que partir de un esquema pero siendo conscientes que es transitorio y que puede modificarse en cualquier momento.
“No podemos hablar la ciudad sin plantearnos la filosofía, la antropología, la sociología, la geografía y todas las demás disciplinas. Por eso cuesta tanto plantear esquemáticamente la ciudad”, señaló la arquitecta.
Landeira hizo referencia también a los country en las grandes ciudades como espacios donde se prometía o esperaba una seguridad que no es tal, y que la gente vive allí con la ilusión de que está en el campo. “Son tan o más inseguros que las viviendas que se construyen en calles abiertas”, agregó.
En comparación, consideró que la cuadrícula diseñada por los españoles y que aún hoy se mantiene en gran parte en La Rioja, es mucho más segura.
“La cuadrícula si bien aparece como un modelo rígido – en mi libro doy las ventajas y desventajas de la cuadrícula – es un modelo fácilmente legible, controlable. Si tuviéramos una buena policía y un gobierno que le interese controlar no tendríamos en La Rioja ningún robo”, agregó.
En relación a la ciudad de La Rioja, Landeira señaló que por lo general los problemas se van atendiendo a medida que ocurren y como decía Ricardo Mercado Luna es la ciudad de los hechos consumados. Pero que tampoco es una realidad privativa de esta ciudad sino también un defecto presente en muchas otras.
En el marco de cómo se relaciona la gente con la ciudad, Landeira explicó que se están desarrollando movimientos de protesta que ocupan los espacios públicos para reclamar por algo puntual. Y que también configuran la ciudad. Como ejemplo de esto mencionó los reclamos ambientales y la defensa por la escuela Normal. “Estos pequeños grupos están cumpliendo una obra magnífica, sin que esto signifique que yo esté totalmente a favor de un ambientalismo a ultranza o una minería a ultranza, ni con una defensa inflexible de la escuela normal para que siga siendo escuela ni que la escuela pase a ser un shopping”, opinó la arquitecta.
Dijo que
“tenemos que aprender a leer todas las circunstancias. Una construcción que fue hecha en un determinado periodo frente a determinadas necesidades, puede a lo largo del tiempo a pesar de su valor histórico y patrimonial, perder vigencia funcional. Entonces ese edificio hay que mantenerlo porque es nuestra tradición porque son nuestras raíces, pero a veces hay que refuncionalizarlo, hay que reciclarlo para que el edificio siga teniendo vida”
En el marco de estas palabras, se generó un interesante debate con el público. La arquitecta Natalia Brizuela, defensora de la Escuela Normal como edificio histórico y además como escuela, señaló que el gobierno debería haber mantenido el primer jardín de la República Argentina y el profesorado que fue ron sacados del lugar para la construcción de un paseo cultural.
En este sentido Landeira y su presentadora la arquitecta Beatriz Romanazzi, defendieron la idea de que un edificio considerado de gran valor sea abierto y utilizado por toda la comunidad. Pero también advirtieron que hay que tener cuidado con la forma en que se realiza. “Yo creo que tenemos que adquirir practicas democráticas”, agregó la autora de la Cuadrícula. “Cuando a un edificio para repararlo o una plaza se lo cierra con medias sombras o chapas, a mi me preocupa. ¿Tanto miedo le tenemos al ciudadano? Cuando esas obras, que son las obras de la ciudad, que son para el ciudadano deberían ser expuestas para que el ciudadano las vea y las critique si es necesario”, señaló Landeira.
En este sentido la arquitecta dijo que “en otros países obras de este tipo tardan años porque se plantean la posibilidad de que los ciudadanos las critiquen. Eso no quiere decir que se va a atender todo lo que diga, pero cuando la obra se critica, se apropia y pasa a ser de la comunidad”.

También dijo que de actuar así no habría necesidad de tener arcos como el de entrada a la ciudad por el lado de la calle San Nicolás de Bari que “a la gente nunca le importó” ,como la construcción de otros arcos al lado de la Iglesia Catedral que la construyó una gestión municipal y otra la sacó y la gente se mantuvo indiferente.

Aimismo, Landeira criticó la falta de llamados a concursos donde participen los artistas, los arquitectos, la población. “Necesitamos la participación de todos”, agregó haciendo la salvedad de que tampoco hay que caer en el extremo de frenarlo todo. “Nos hace falta entender, pensar, leer, no le tengamos miedo a la crítica porque enriquece”.

Más datos
Beatriz Landeira nació en Buenos Aires y estudió en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA. Luego de desarrollar parte su carrera provincial en aquella provincia se radicó en La Rioja donde desarrolló importantes proyectos urbanos en áreas municipales y provinciales. En 1997 publicó el libro de investigación “La Cuadrícula en el desarrollo de la Ciudad de La Rioja, 1591 – 1992” que hoy es fuente de de consulta permanente en la universidad local.
Fuente:
DataRioja
19/ 05/ 2010

domingo, 2 de mayo de 2010

Ciclo Bicentenario. Diario de un viaje hacia el pasado por los Llanos riojanos.

Eduardo Ortiz Sosa propuso en la biblioteca, un verdadero viaje espaciotemporal logrado con la lectura de un texto y la proyección de imágenes.

"Diario de un viaje por los Llanos en el primer centenario" se tituló la conferencia que en el marco del Ciclo Bicentenario tuvo lugar el viernes 30 de abril. Las anotaciones realizadas por Fray Zenón Bustos, Obispo de Córdoba -y de La Rioja por entonces-, en la primera década del siglo pasado, a raíz de una visita pastoral a esta provincia, fueron la vía propicia para conocer costumbres, modos de vida e intereses de la gente, cuyas conversaciones va reproduciendo el religioso en sus notas.

El viaje, realizado en 1909, fue registrado por el sacerdote en este cuaderno que se ofrece como un ameno testimonio de la vida de la época, al referir de un modo íntimo y muy cálido, todo un itinerario por gran parte del interior provincial, desde Milagro, a Malanzán, pasando por Olta, Catuna, Chepes Viejo, Ñoqueve, Ulapes, Guaja, San Antonio y Chamical, entre otros puestos de los Llanos.

En los diálogos reflejados, aparecen nombres de honda significación para los riojanos, siendo el más reiterado el de Ángel Vicente Peñaloza:

“A la tarde llegamos a Malanzán. Nos esperaban con muchas flores. Nos llevaron con muchas flores a la iglesia donde hice una plática y salí después para irnos a la casa. Mucha gente nos fue a saludar. La sala en que nos recibieron era grande. Y con colgaduras de pañuelos viejos, usados, de las familias antiguas. Con profusión estaba preparada. Los pañuelos con que estaba compuesta la casa algunos eran grandes y de gró. Uno de estos o algunos decían que eran del Chacho, y le hacían la crónica: del general Urquiza, de cuando se lo había mandado y otros de cuando se los mandó. De esto conversaban muy seguros y contestaban lo mismo, y como parientes estaban en poder de ellos. En las horas de conversar me contaron mucho de Peñaloza, de la batalla de las piedras, que se veía de Malanzán y muchas otras.”


También las circunstancias de su asesinato, cuyos detalles estaban muy frescos en la memoria de la gente, son evocadas en otro pasaje:

“En Olta hubo toda la plática de los sacramentos, todos los días que estuvimos. Se conversó mucho del Chacho, que cerca había muerto. Fue muerto allí, cerca de la capilla por un jefe nacional, estando atado de las manos por el coronel Vera que vino un poco después. Que Vera lo hizo salir y lo tomó a lanzazos hasta que lo mató y le hizo cortar la cabeza que colgó en un palo alto de la plaza. La mujer del Chacho suplicó que le concediesen la cabeza, y la hizo velar junto con el cuerpo, a los dos días. Ella le hizo un velorio solemne con la cabeza y con todo.”

La lectura, acompañada con fotos de los lugares y la proyección de mapas satelitales, sobre los que se marcaba el recorrido del viaje ofreció un material inédito y de gran significación para ahondar en el conocimiento de nuestra historia e idiosincrasia.