miércoles, 19 de mayo de 2010

Disertación de Beatriz Landeira

La autora del trabajo de investigación La Cuadrícula en el desarrollo de la Ciudad de La Rioja 1591-1992, realizó un análisis del desarrollo urbano en general y particularmente en La Rioja. Dijo que en la mayoría de las obras públicas los ciudadanos no saben lo que se está haciendo y que no está bien cercar una construcción con media sombra, chapa o madera. Dio a conocer su posición sobre el edificio de la Escuela Normal y criticó la falta de concursos en los proyectos oficiales.

“La ciudad no es solo tema de arquitectos y urbanistas, sino de todos. A la ciudad a veces la padecemos, a veces nos reconforta y evidentemente es un tema que no puede escapar al ciudadano común”, comenzó diciendo la arquitecta Beatriz Landeira, encargada de cerrar la primera etapa del Ciclo Bicentenario que organizó la Biblioteca Mariano Moreno, el jueves 13 de mayo con la conferencia “Las ciudades en el bicentenario” y que fue auspiciada por el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Provincia.

Además de abordar diversas generalidades, Landeira -quien se dedica de lleno al desarrollo urbano desde 1977, trabajó en diversos proyectos urbanísticos locales y dirigió el Museo de la Ciudad- realizó diversas observaciones sobre la ciudad en la actualidad. “Generalmente tenemos el problema de creer que las ciudades las hacen los gobiernos y protestamos si hacen o no ciertas cosas. Yo considero que la ciudad es el permanente diálogo entre las autoridades o los gobiernos que realizan obras y los habitantes de esa ciudad”, expresó.
La arquitecta comenzó haciendo una generalidad sobre las ciudades. Dijo que “
la ciudad es un museo viviente, donde realmente se ve la vida de una sociedad a lo largo de su historia. La ciudad es un hecho histórico, es un hecho vivo, donde cada espacio, cada edificio se que se construye está demostrando cómo eran los gobiernos y los habitantes de un determinado lugar”.
En una ciudad se lee su historia a través de los edificios y de los espacios públicos y privados. “Podemos estudiar la historia de un pueblo simplemente analizándola”, señaló la arquitecta. Explicó que “el urbanismo es una disciplina, no llega a ser una ciencia, no es un arte, pero tiene algo de arte, algo de técnica. El urbanismo existió desde los tiempos más remotos. Los gobernantes desde siempre intentaron establecer normas y pautas para mejorar la vida urbana”, agregó.
Landeira explicó que la ciudad ha sido en muchos casos motivo de poder y en este sentido se remontó a Grecia, con las características especiales de sus ciudades y a Atenas como la cuna de la democracia que a través de su traza se establecieron una serie de elementos para la vida y que aún hoy los urbanistas tratan de rescatar. “Los urbanistas que plantean la ciudad como centro de la democracia y del diálogo no pueden dejar de recurrir a la vieja ciudad”, señaló.
Desde muchos años antes ha habido intentos de planificación de ciudades, incluso en el tres mil antes de cristo. Hipodamo de Mileto es el primer urbanista que plantea la ciudad de tipo cuadricular, aunque no es el mismo que van a usar los españoles. Mileto plantea un sistema octogonal donde se establecen las distintas categorías, basadas en las clases sociales, el uso del agua, etc. En este sentido, Landeira mencionó también a Roma, Egipto y la vieja Babilonia como antecedentes históricos sobre urbanismo y esta idea o intención de planificar las ciudades.
Además, para explicar el desarrollo y los cambios que fueron experimentando las ciudades, Landeira describió las diferentes etapas históricas que atravesó el urbanismo desde la antigüedad, la Revolución Industrial con la intervención de una gran cantidad de ingenieros, arquitectos, sanitaristas, la Modernidad que es la respuesta bastante tiempo después a las problemáticas que van a ir surgiendo y la Posmodernidad con lo que prácticamente estamos conviviendo. Aquí la arquitecta mencionó al antropólogo francés Marc Ollé que habla ya de la
Sobre modernidad y señala que estamos sobrepasando la posmodernidad.
Parte de estos cambios profundos estuvieron vinculados al desarrollo de la tecnología, el éxodo del campo a la ciudad y el surgimiento de nuevas clases sociales, entre otros hechos que fueron configurando las ciudades hasta la actualidad. Landeira explicó que no hubo planificación en este sentido y comenzaron a surgir más dificultades como diversas enfermedades y pestes. “Las ciudades no dan a basto para albergar a tanta gente que emigra de la ciudad al campo, sobre todo en Europa”, agregó.
“Es muy difícil al hablar de ciudad hablar de un esquema. Una ciudad es anti esquema, no la podemos esquematizar ni asimilar a nada en particular”, señaló Landeira. Aunque si aclaró que “evidentemente la ciudad es el resultado de la política, de la economía. Es el resultado de una especie de diálogo entre las necesidades de un pueblo, las posibilidades, la tecnología y la política. De todo ese cúmulo de elementos surgen los edificios públicos, las calles, las plazas, las viviendas, etc”. También aclaró que para trabajar en urbanismo hay que partir de un esquema pero siendo conscientes que es transitorio y que puede modificarse en cualquier momento.
“No podemos hablar la ciudad sin plantearnos la filosofía, la antropología, la sociología, la geografía y todas las demás disciplinas. Por eso cuesta tanto plantear esquemáticamente la ciudad”, señaló la arquitecta.
Landeira hizo referencia también a los country en las grandes ciudades como espacios donde se prometía o esperaba una seguridad que no es tal, y que la gente vive allí con la ilusión de que está en el campo. “Son tan o más inseguros que las viviendas que se construyen en calles abiertas”, agregó.
En comparación, consideró que la cuadrícula diseñada por los españoles y que aún hoy se mantiene en gran parte en La Rioja, es mucho más segura.
“La cuadrícula si bien aparece como un modelo rígido – en mi libro doy las ventajas y desventajas de la cuadrícula – es un modelo fácilmente legible, controlable. Si tuviéramos una buena policía y un gobierno que le interese controlar no tendríamos en La Rioja ningún robo”, agregó.
En relación a la ciudad de La Rioja, Landeira señaló que por lo general los problemas se van atendiendo a medida que ocurren y como decía Ricardo Mercado Luna es la ciudad de los hechos consumados. Pero que tampoco es una realidad privativa de esta ciudad sino también un defecto presente en muchas otras.
En el marco de cómo se relaciona la gente con la ciudad, Landeira explicó que se están desarrollando movimientos de protesta que ocupan los espacios públicos para reclamar por algo puntual. Y que también configuran la ciudad. Como ejemplo de esto mencionó los reclamos ambientales y la defensa por la escuela Normal. “Estos pequeños grupos están cumpliendo una obra magnífica, sin que esto signifique que yo esté totalmente a favor de un ambientalismo a ultranza o una minería a ultranza, ni con una defensa inflexible de la escuela normal para que siga siendo escuela ni que la escuela pase a ser un shopping”, opinó la arquitecta.
Dijo que
“tenemos que aprender a leer todas las circunstancias. Una construcción que fue hecha en un determinado periodo frente a determinadas necesidades, puede a lo largo del tiempo a pesar de su valor histórico y patrimonial, perder vigencia funcional. Entonces ese edificio hay que mantenerlo porque es nuestra tradición porque son nuestras raíces, pero a veces hay que refuncionalizarlo, hay que reciclarlo para que el edificio siga teniendo vida”
En el marco de estas palabras, se generó un interesante debate con el público. La arquitecta Natalia Brizuela, defensora de la Escuela Normal como edificio histórico y además como escuela, señaló que el gobierno debería haber mantenido el primer jardín de la República Argentina y el profesorado que fue ron sacados del lugar para la construcción de un paseo cultural.
En este sentido Landeira y su presentadora la arquitecta Beatriz Romanazzi, defendieron la idea de que un edificio considerado de gran valor sea abierto y utilizado por toda la comunidad. Pero también advirtieron que hay que tener cuidado con la forma en que se realiza. “Yo creo que tenemos que adquirir practicas democráticas”, agregó la autora de la Cuadrícula. “Cuando a un edificio para repararlo o una plaza se lo cierra con medias sombras o chapas, a mi me preocupa. ¿Tanto miedo le tenemos al ciudadano? Cuando esas obras, que son las obras de la ciudad, que son para el ciudadano deberían ser expuestas para que el ciudadano las vea y las critique si es necesario”, señaló Landeira.
En este sentido la arquitecta dijo que “en otros países obras de este tipo tardan años porque se plantean la posibilidad de que los ciudadanos las critiquen. Eso no quiere decir que se va a atender todo lo que diga, pero cuando la obra se critica, se apropia y pasa a ser de la comunidad”.

También dijo que de actuar así no habría necesidad de tener arcos como el de entrada a la ciudad por el lado de la calle San Nicolás de Bari que “a la gente nunca le importó” ,como la construcción de otros arcos al lado de la Iglesia Catedral que la construyó una gestión municipal y otra la sacó y la gente se mantuvo indiferente.

Aimismo, Landeira criticó la falta de llamados a concursos donde participen los artistas, los arquitectos, la población. “Necesitamos la participación de todos”, agregó haciendo la salvedad de que tampoco hay que caer en el extremo de frenarlo todo. “Nos hace falta entender, pensar, leer, no le tengamos miedo a la crítica porque enriquece”.

Más datos
Beatriz Landeira nació en Buenos Aires y estudió en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA. Luego de desarrollar parte su carrera provincial en aquella provincia se radicó en La Rioja donde desarrolló importantes proyectos urbanos en áreas municipales y provinciales. En 1997 publicó el libro de investigación “La Cuadrícula en el desarrollo de la Ciudad de La Rioja, 1591 – 1992” que hoy es fuente de de consulta permanente en la universidad local.
Fuente:
DataRioja
19/ 05/ 2010

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