lunes, 29 de febrero de 2016

ADIÓS A JULIA (Kica) FERNÁNDEZ

PALABRAS DE DESPEDIDA DE LA PRESIDENTA DE LA BIBLIOTECA, MARCELA MERCADO LUNA, PRONUNCIADAS EN EL SEPELIO DE LA PROF. JULIA FERNÁNDEZ QUIEN FALLECIÓ EL 24 DE FEBRERO DE 2016
Adiós a Julia
Quiero en nombre de la Biblioteca Mariano Moreno despedir a la profesora Julia Fernández de Guzmán, socia activa en toda la extensión del término, entusiasta en las iniciativas y lectora incansable, integrante desde el año 2007 de la Comisión Directiva de la institución, en la que desempeñó diferentes cargos durante sucesivos mandatos: prosecretaria, protesorera y vocal, respectivamente.
Antes, en mi infancia y adolescencia, ella era la Kica, la esposa de Toto Guzmán, la profesora de Francés, la mamá de las pequeñas mellizas Sofía y Paula y de la pequeña Diana... Muy poco sabía de ella, salvo eso…, y que pertenecía al grupo de amigos de mis padres.
Mucho tiempo después, cuando comenzó a frecuentar la biblioteca, algunas veces acompañada de sus nietas, que entonces eran pequeñas, se asoció al saber que de ese modo podía llevarse libros a su casa. Cuando llenó la ficha, supe que se llamaba Julia, un nombre hermoso, rotundo, que acompañaba su temperamento firme y afable, su trato cordial, su agradable conversación.
En la biblioteca siempre fue Julia, y yo misma comencé a llamarla así.
Siendo una persona mayor, su alegría de vivir hacía de ella una joven más, que se entendía mejor con los más jóvenes, siguiendo sus bromas y códigos, y demostrando, sin alardes, su gran cultura, su capacidad de leer literatura de la buena, su pasión al hablar sobre libros y recomendar lecturas.  ///  Generosa hasta el desprendimiento, donó a biblioteca la totalidad de la edición de su libro “Esas luces rojas”, relatos en los que se transparenta su rica imaginación y su amor por las letras.
Siempre sonriente, te contagiaba de optimismo aun en los momentos más duros.

Cuando anoche me sentí en la triste misión de comunicar su partida a través del grupo de wpp, a los miembros de la CD, todos postearon algo: mensajes de sorpresa en algunos casos, de tristeza y dolor en otros, y de evocación a su personalidad.
Diego posteó: “Qué tristeza: Siempre fue tan activa e interesante. Cada vez que conversabas con ella, estaba leyendo algo.”
Severo a su vez expresó: “De las personas más interesantes e intensas que conocí. Lectora voraz, sencilla. De convicciones firmes y sentimientos transparentes.”
Esa es la Julia que habitará nuestros recuerdos, porque no vimos el deterioro final. Cuando enfermó nos quedó la idea de que en cualquier momento podía llegar repuesta, a preguntar qué novedades había, a devolver un libro, o ponerse a elegir entre los que no había leído para llevarse… a participar de una reunión de tablas…

Es muy duro despedirte Julia, es difícil hacernos a la idea de que no compartiremos más contigo la mesa larga y ovalada de la CD de la biblioteca.
Nos queda tu ejemplo, tu estilo conciliador y tu modo sutil y delicado de disentir proponiendo alternativas superadoras. Nos queda tu actitud positiva ante lo adverso y esa humildad de los sabios, porque sin abrumar con consejos, dabas ejemplos de vida y de coherencia.
Gracias por tu ternura, por tu lucidez, por todo lo que diste.
Hasta siempre, Julia, Kica.
Te quisimos mucho. Te seguimos queriendo.

Marcela

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